Acisclo Díaz
Fue la música la vía por la que Acisclo Díaz Rochel logró prestigio y fama imperecedera, de hecho, llegó a ser un claro exponente del talento y el buen hacer en la Murcia del siglo XIX. Nació el 20 de junio de 1837 en Alhama y falleció un 5 de diciembre de 1887 en el número 16 de la Calle de la Acequia en Murcia, calle que llevaría su nombre algunos años después.
La primera parte de su formación musical transcurrió en Murcia de la mano de Julián Gil, la segunda tuvo a Madrid como escenario, ciudad en la que entraría en contacto con las bandas de música, llegando a formar parte de la propia de la Guardia Real. Contrajo matrimonio con Isabel Romero Márquez con la que tuvo cuatro hijos: Francisco, Vicenta, Dolores e Isabel.
Gracias al estudio que su hijo Francisco publicó en prensa sobre la biografía de su padre hemos sabido que sus primeros pasos musicales tuvieron lugar en Alhama, en torno a 1845, con la ya existente banda de música. Luego, en Murcia tocó en las bandas de Julián Gil, Mariano Esbry (banda del Teatro Romea) y Mariano Córdoba. Mientras tanto, estudiaba piano con Mariano García, maestro de capilla.
Director de la banda de música del teatro Romea
Volvió de Madrid con motivo del fallecimiento de su padre y ya se quedó, emprendiendo entonces una funesta aventura empresarial con el Teatro Romea de cuya banda se hizo cargo como director.
En 1879 creó la banda de música de niños hospicianos (Casa de Misericordia) por consejo del flautista Antonio Pérez. La trayectoria de la banda fue exitosa e impecable gracias a su total entrega, lo que no dejó de encomiar la prensa. Hay que tener en cuenta que a los cinco años de su funcionamiento ya habían pasado por sus manos como pupilos nada menos que 324 niños de los que 157 llegaron a tocar en la banda. Compuesta por 61 niños, llegó a disponer de un amplio repertorio de piezas capaz de superar las dos docenas. Sus actuaciones llegaron a requerir un estricto control de calendario pues el éxito de público con el que invariablemente contaban les requería de numerosas localidades tanto de Murcia como de Alicante. Algunas de las recaudaciones se dedicaron a socorrer desastres o siniestros graves. Pero los reconocimientos públicos más importantes comenzaron a llegarle a partir de 1884. Ese fue el año en el que recibió la Cruz de Isabel la Católica; tres años después, concretamente el 11 de junio de 1887, le fue otorgado el primer premio nacional de bandas de música, en Madrid. También entonces fue propuesto para otro importante galardón, la encomienda de Carlos III.
Como añadido al aspecto de su docencia, decir que al menos desde 1885 sabemos que tenía abierta academia de música en la calle San Nicolás de Murcia, la misma que anunciaba en prensa.
Su fallecimiento no pasó inadvertido para una sociedad murciana que le rindió sentidos homenajes, un sepelio multitudinario y varias páginas sobre su vida y sus obras en la prensa. En su entierro participaron las bandas de Mirete, Raya y Espada. Nueve estandartes presidían el féretro portado a hombros por sus discípulos.
La banda de la Misericordia continuó sus actuaciones gracias a la batuta de su hijo Francisco Díaz Romero que le sucedió en el cargo y dejaría con el tiempo para marchar a dirigir la banda y orquesta municipal de Villena.