Los humedales constituyen anomalías paisajísticas y biogeográficas que, conforme se alejan de las regiones climáticas húmedas, como es el caso de la Región de Murcia, se tornan cada vez más singulares y valiosos.
Los humedales de las regiones áridas y semiáridas representan el destilado de una biodiversidad adaptada a rigurosas condiciones ambientales, modelada por usos y culturas ancestrales y sometidas en la actualidad a una intensa presión por el hombre, que compite por sus recursos y por el espacio físico que ocupan.
Dentro de los diferentes tipos, los criptohumedales son aquellos en los que la lámina de agua superficial no existe o presenta una extensión muy reducida y de carácter temporal, si bien el nivel freático siempre queda lo suficientemente próximo al suelo como para permitir el desarrollo de una comunidad de plantas freatófilas y la presencia de un sustrato saturado en agua y generalmente rico en sales. Es el caso del humedal del Ajauque y Rambla Salada.