Los árboles monumentales aunque vegetales ancianos, en muchos casos de aspecto decrepito, son majestuosos monumentos naturales y testigos vivos del paso de la historia. Por la admiración que despiertan en quienes los conocen y sobre todo por el significado natural, social y cultural –hasta económico–, es de vital importancia conservarlos como parte relevante del patrimonio de nuestra Región.

     Con el fin de protegerlos y conservarlos la Administración regional ha elaborado el Catálogo de Árboles Monumentales Prioritarios –CAMP– en el que se incluyen los dos ejemplares más importantes de cada especie, por sus dimensiones y antigüedad. El trabajo previo a la selección de los aproximadamente 50 ejemplares que constituyen el CAMP ha recopilado información de más 1.100 árboles y contiene, además de los datos anteriores, una evaluación del estado de conservación y las amenazas identificadas. Estos árboles monumentales prioritarios del CAMP han sido considerados en una normativa regional pendiente de aprobación, en la figura de Monumento Natural, que contempla la Ley 4/1992 (BORM núm. 189).

     Por la longevidad de estas plantas no es extraño que algunos árboles monumentales, con ramas muertas o partidas y follaje escaso, –por las inclemencias del tiempo, por las agresiones del hombre o, simplemente, por la vejez y los años vividos–, evidencien que su fin está próximo. Esto le ocurría al Roble de las Lentejas, al que se le estimaba una edad de más de mil años y que murió en 2005. Su tronco aún puede verse muy cerca de la Hospedería de Casas Nuevas, en la vertiente oeste de Sierra Espuña. El Plantón del Covacho de Nerpio (en la provincia de Albacete), una vieja y famosa noguera declarada Monumento Natural en Castilla-La Mancha, también murió hace pocos años, en 2006; en un último aliento de vida brotaron hojas de unas pocas ramas centrales, que terminaron por secarse en agosto y con ellas el árbol más importante de la comarca.

     De entre los árboles monumentales que se listan a continuación, habría que destacar por su singularidad los ejemplares de especies eminentemente arbustivas que desarrollan porte arbóreo, como las dos sabinas arbóreas del Cortijo de Priego (Moratalla), el Taray de Lo Santero (Torre Pacheco) y el madroño del Madroñal (Cieza). Este último es una reliquia testimonial de lo que tuvo que ser una zona rica en madroños, como así lo refleja el topónimo del lugar, que ha sobrevivido por estar plantado en una pequeña huerta.

     También son destacables y muy singulares los conjuntos de árboles o arboledas que presentan varios ejemplares monumentales. Los olmos de Maripinar, muy cerca del puente de los Nueve Ojos, en Cieza, y los álamos blancos de Fuente Mellinas son un buen ejemplo. Además los primeros no han sido dañados por la grafiosis, enfermedad que está esquilmando a los olmos peninsulares, parece ser que por una mutación del mismo hongo que la causa la enfermedad y que los mantiene a salvo completamente sanos. Los segundos son un caso excepcional, puesto que los álamos no se caracterizan por ser plantas longevas, sino todo lo contrario, así que estos viejos árboles presentan troncos huecos y han perdido varias ramas principales, lo que hace, si cabe, más singular a esta arboleda, que se localiza en un ambiente inigualable del Campo de San Juan. Algo parecido a los álamos de Fuente Mellinas le ocurre al pino de las Águilas, en el campo del Cagitán (Mula). Este pino monumental, considerado el mayor del mundo en grosor de tronco, se ramifica a sólo 1,40 m del suelo, cuando los pinos carrascos (Pinus halepensis) rara vez lo hacen a esa altura y mueren sin alcanzar la edad de este.

     Finalmente corresponde relacionar los árboles de mayores dimensiones y más viejos. El más longevo es sin duda, tras la muerte del Roble de las Lentejas, la olivera gorda de Ricote, a la que se estima una edad aproximada de 700 años, y que fue galardonada con el premio “árbol histórico del año” en 2008 por Bosques Sin Fronteras. En dimensiones destaca el Eucalipto de la Marquesa, el árbol monumental de mayor perímetro de tronco y a su vez el de mayor altura. De cerca le sigue el Eucalipto del Mayayo y en grosor de tronco también el Pino de las Águilas.

     Muy cerca del límite provincial de Murcia, ya en Albacete, se encuentra la Noguera del Arco, en Socovos, árbol monumental de origen musulmán de 7,60 m de perímetro y aproximadamente 8,2 m de altura, que posiblemente sea el nogal vivo más antiguo de Europa.

Algunos de los árboles monumentales más importantes de la Región de Murcia y territorios limítrofes

  • Álamos de Fuente Mellinas (Populus alba), de 6 m de perímetro y 16 m de altura

  • Almez del Niño de Mula (Celtis australis), de 3,64 m de perímetro y 15,2 m de altura

  • Carrasca de la Atalaya (Quercus rotundifolia), localizada en el municipio de Cehegín, de 5,01 m y 14,5 m de altura

  • Eucalipto de la Marquesa (Eucaliptus globulus), localizada en el municipio de Ulea, de 6,75 m de perímetro y 31,4 m de altura

  • Eucalipto del Mayayo (Eucaliptus camaldulensis), de 6,40 m de perímetro y 30,1 m de altura

  • Garrofero del Talayón (Ceratonia siliqua), de 9,30 m de perímetro (a 0,5 m del suelo) y 12,3 m de altura

  • Garrofero de Galifa (Ceratonia siliqua), de 5,70 m de perímetro y 13,1 m de altura

  • Garrofero del Tintorao (Ceratonia siliqua), de 5,20 m de perímetro y 8,9 m de altura

  • Madroño del Madroñal (Arbutus unedo), de 3 m de perímetro (a 0,6 m del suelo) y 7,3 m de altura

  • Noguera del Arco (Juglans regia), localizada en Socovos (ya en la provincia de Albacete) de 7,60 m de perímetro y 8,2 m de altura

  • Olivera Gorda de Ricote (Olea europea), de 6,25 m de perímetro y 7 m de altura

  • Olivo de la Murta (Olea europea), de 6,20 m de perímetro y 5,3 m de altura

  • Olmos de Maripinar (Ulmus minor), de 4,70 m de perímetro y 24 m de altura

  • Pinagral de la Muela (Pinus pinaster), de 3,25 m de perímetro y 13,5 m de altura

  • Pino de las Águilas (Pinus halepensis), de 6,41 m de perímetro y 10 m de altura

  • Roble de las Lentejas (Quercus faginea), de 5,90 m de perímetro y 14,1 m de altura

  • Sabina arbórea de Priego (Juniperus phoenicea), de 2,85 m de perímetro (a 0,4 m del suelo) y 4,75 m de altura

  • Taray de lo Santero (Tamarix canariensis), de 5.01 m de perímetro y 6,3 m de altura

José Antonio López Espinosa