Los chicos de la Calle del Molino

    Las Fiestas de Moros y Cristianos de Santomera nacieron de forma improvisada en 1979. Su origen lleva hacia un grupo de amigos que se reunieron en la Calle del Molino para desfilar disfrazados de moros. Al observar los desfiles de moros y cristianos en la actualidad y percibir su meticulosa organización y su gran calidad, parece imposible creer en la juventud de la tradición de estas fiestas.

    Los vecinos de esta calle tenían la costumbre desde años atrás de celebrar una fiesta el sábado siguiente a la Virgen del Rosario (7 de Octubre). Era el año 1979 cuando con este motivo, e influidos posiblemente por la cercana Orihuela, pensaron en añadirle a la tradición un desfile de moros y cristianos, y así se hizo.

    Se viajó a Orihuela para que les fueran prestados unos trajes de la Comparsa Almorávide de la vecina localidad, y apañándose con lo que pudieron, desfilaron ese año, aunque sólo lo hicieron los recién proclamados como Moros Almorávides de Santomera.

    Ante el éxito de la iniciativa, al año siguiente se hicieron sus propios trajes y salieron a la calle. Dada la gran impresión que causó en la localidad, la idea se formalizó en fiesta. Lo que había surgido como una mera diversión y evasión de unos cuantos amigos, se convertiría en una de las tradiciones festivas de Santomera de más relevancia. Poco a poco el pueblo entero quería participar.

La Fiesta de todo un pueblo

    En 1983 se habían fundado ya tres comparsas, generándose la necesidad de crear un ordenamiento para la incipiente fiesta que pusiera a todos los participantes de acuerdo sobre el modo de organización y convivencia.

    Es así como nace la Junta Central de Moros y Cristianos que, desde entonces, viene responsabilizándose y organizando las fiestas.

    A pesar del carácter predominantemente festivo de los Moros y Cristianos, desde la Junta Central se persigue recuperar y no dejar en el olvido el aspecto histórico y cultural que rodea a estas fiestas de tanto arraigo en la geografía murciana y peninsular.

El simbolismo histórico y cultural de las fiestas

    Durante estos días se reviven las raíces del pasado medieval de Santomera, representándose en las fiestas el tiempo de la Reconquista Castellana.

    Ante el gran esfuerzo llevado a cabo por las tropas castellanas y catalano-aragonesas de Alfonso X y Jaime I por recuperar las tierras levantinas y del sur peninsular, es comprensible que se quisiera conmemorar las victorias que tanta lucha les habían costado. Entre ellas la de la reconquista definitiva de Murcia en 1266.

    Se cree que en un principio la forma de homenajear a los ejércitos cristianos en Murcia pudiera tratarse tan sólo de simples desfiles de tropas con misa y procesión en honor a la patrona. Con el tiempo se le fueron añadiendo otros elementos hasta convertirse en una especie de representación teatral de la lucha entre moros y cristianos. Esta es la manifestación que perdura hoy día.

    El origen de las celebraciones por tanto se hunde en la Edad Media, aunque se popularizaron en los siglos XVI y XVII con sus más diversas variantes (comedias, autos sacramentales, espectáculos¿etc.).

    Las Fiestas de Moros y Cristianos están muy extendidas por toda la geografía española y especialmente en el Levante Peninsular, donde se distinguen de las demás por su espectacularidad, y por la existencia de comparsas.

    En la Región de Murcia la constatación más antigua de celebraciones de desfiles de Moros y Cristianos data de 1426 en la ciudad de Murcia, siendo también añejas las de otros municipios regionales desde los siglos XVI y XVII.

    Sin embargo, a pesar de esta histórica tradición, ha sido desde el último cuarto del siglo XX cuando ha comenzado un resurgimiento de estas celebraciones, tal y como se constata en el caso de Santomera.

    Son muchos los que también recuerdan, a propósito de estas fiestas, que Murcia fue uno de los pueblos peninsulares donde la raíz islámica prendió más profundamente. Esto sucedió como consecuencia del largo período de coexistencia, tanto durante la dominación musulmana como posteriormente, hasta el siglo XVII, cuando los moriscos murcianos eran los únicos de todo el territorio nacional que aún seguían habitando en algunos lugares del reino.

    El contenido cultural de estas fiestas de moros y cristianos no puede olvidar un hecho que fue importantísimo para el país, el enfrentamiento y la convivencia de cristianos y musulmanes en la Península Ibérica. Y es que los años comprendidos entre el 711 y 1618 son suficientes como para que la huella islámica quedara reflejada en la cultura de esta tierra.

La advocación a la Virgen del Rosario

    En la Región de Murcia, las Fiestas de Moros y Cristianos se encuentran ligadas, en un principio, a eventos reales o de importancia histórica, salvo algunas excepciones. No se encuentran ligadas históricamente a celebraciones religiosas.

    En el caso de Santomera las Fiestas de Moros y Cristianos están bajo la advocación de la Virgen del Rosario, con las que coinciden en el tiempo. Pero parece que esto se debe más a la costumbre de los vecinos del Molino Viejo, de celebrar una fiesta justo el fin de semana posterior a la festividad patronal, que a su sentido religioso.

    Aún así puede encontrarse cierta relevancia en el hecho de que en la elección de la Patrona del pueblo tuviera que ver la intersección que la Virgen haría durante la Batalla de Lepanto, cuando los turcos amenazaban con una invasión a toda Europa. Para evitar esta intrusión de los soldados de la media luna se constituyó la conocida como Liga Santa (el Papa Pío V, Venecia y España) que armó una escuadra a cuyo mando estaba Don Juan de Austria. Las tropas obtuvieron la victoria el 7 de Octubre de 1571, fecha en la que la Iglesia conmemora el triunfo con la fiesta de la Virgen del Rosario, ya que se cuenta que el Papa y Felipe II habían estado invocando constantemente durante la batalla a la Virgen con el rezo del Rosario.

    En Santomera esta devoción  se cree que se debe a que entre los primeros pobladores hubo dominicos que fundaron un convento (del que aún se conservan las ruinas) instaurando el rezo del Rosario. La devoción del Rosario constituye una práctica tradicional en las familias santomeranas desde la llegada de los dominicos.

    Por todas estas circunstancias, durante los festejos de moros y cristianos también tienen lugar distintas ofrendas florales y misas en conmemoración a la patrona de Santomera.

Las particularidades de las fiestas santomeranas

    Existen multitud de Fiestas de Moros y Cristianos a lo largo de toda la geografía nacional, pero cada lugar ofrece detalles que los distinguen de los demás.

    En Santomera los Cargos festeros son el Embajador de cada Bando, uno del Moro y otro del Cristiano. El acto del Pregón se convierte en una reconstrucción histórica de lo ocurrido en tierras santomeranas cuando Alfonso X entra en estas tierras.

    Las tradicionales Embajadas se realizan en el Auditorio Municipal, al no contar la localidad con ningún castillo que sería el escenario idóneo para ello.

Fiesta del Medio Año

    Fuera del programa festivo de Octubre también es de interés la llamada Fiesta del Medio Año. Ésta es una variable que suele celebrarse en el mes de Abril o Mayo, realizándose dos actos: una comida campestre, a la que acuden los festeros; y una cena en la que se aprovecha para la presentación del Pregonero de las Fiestas y de los Embajadores Moros y Cristianos, que serán los representantes en los festejos oficiales de Octubre.

    Sin duda, y dejando al margen los contenidos y simbolismos históricos, religiosos y culturales de las Fiestas de Moros y Cristianos, lo más espectacular de estas celebraciones son sus magníficos desfiles.