El actor Isidoro Máiquez nació en la ciudad de Cartagena en 1768. Su entusiasmo y la revolución de su representación teatral fueron suficientemente significativos como para elevarlo a un lugar privilegiado dentro del mundo escénico español de todos los tiempos.
Dio sus primeros pasos como actor junto a su padre, de mano de quien conocerá el amor por la interpretación. Pero sería el influjo del maestro francés Talma lo que más condicionó a Máiquez, absorbiendo sus enseñanzas.
Dueño de unos fabulosos recursos escénicos, supo asumir un verdadero compromiso con el público y crear un modo novedoso en el teatro de la España de finales del XVIII. Para ello, acentuó el movimiento en el escenario, la contención y sobriedad en su expresión y la forma de pronunciar cada palabra.
Nació y vivió para el teatro, poniendo todo su empeño en cada representación y llegando a arriesgar todo lo que tenía por conseguir alcanzar sus aspiraciones desatando una fuerza renovadora que le valdrá la fama.
Dos 17 de Marzo y dos ciudades, Cartagena y Granada, marcan el punto de partida y de finalización en la vida de Isidoro Máiquez. Una vida que fue una incesante obra de teatro.