Caravaca de la Cruz y su gran belleza arquitectónica han conformado un caldo de cultivo excelente para el nacimiento y la formación entre sus gentes de excelentes personalidades del mundo de la artes y las letras.
Muestra de ello son los escultores José Carrilero Gil y Marcos Laborda Gil, el pintor Rafael Tejeo, el escritor Miguel Espinosa o el historiador y paleógrafo Emilio Sáez Sánchez.
También destacan otras personalidades como Diego Marín de Alcázar, Martín de Cuenca o Arturo Rigel.